La vida es tan bella, Pero el mundo tan cruel. Dejemonos mecer Por todas las bellezas Que nos están ofrecidas Por nuestra gran Tierra. Así como la golondrina, Dejemos alisarnos Sobre las alas majestuosas De la simpatía y la bondad. Por qué cerrar los ojos Sobre la inmensidad de los cielos Que, en su esplendor Y la pureza de una flor Nos muestra la fragilidad De nuestras vidas agitadas. Así como la golondrina, Olvidemos la venganza, Perdamos nosotros en el cielo Para evitar los sufrimientos...